EL BLOG SE PRESENTA...

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Al cumplir los cuarenta, mi creador comenzó a hacerse las típicas preguntas asociadas a aquella edad: «¿qué he hecho con mi vida hasta ahora?», «¿qué pienso hacer a partir de ahora con ella?». Esas cuestiones fueron el motor de un blog con un carácter más bien “autobiográfico”, una suerte de “registro de recuerdos” que pretendía anotar algunas de sus vivencias personales y su impacto en él. Sin embargo, aquellas primeras páginas se expresaban en función del autoconcepto y el estado de ánimo del autor. Si ambos eran bajos, el estilo de cada publicación traslucía ese sentir.
Con el tiempo, aquel proyecto acabó en vía muerta.
Dos años después, mi autor retomó aquel cuaderno de bitácora para reconstruirlo desde sus cimientos e intentar corregir sus defectos. ¡Y nací yo!
En mis inicios, fui un medio para satisfacer el deseo de compartir vivencias y reflexiones personales, así como textos y vídeos variados que gustaban a mi creador. Este navío quería traer a puerto todas aquellas mercancías que pudieran enriquecer a los que paseasen por sus páginas.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy todo eso y algo más. Si, sigo siendo el saco en el que se introducen todas aquellas vivencias, reflexiones, textos y videos que han enriquecido de una u otra manera a mi autor. Pero además, combinando palabras propias y prestadas, me estoy convirtiendo en el relato de un itinerario en el que mi creador describe su transformación. En mi se ha reunido todo aquello que ha formado parte (de alguna manera) de un proceso de ensanchamiento humano y espiritual, un proceso de evolución que aún continúa.

¡Bienvenidos!


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domingo, 2 de diciembre de 2018

ESTATUAS

Esta tarde no tengo ganas de escribir. Por ese motivo voy a colgar unas divertidas fotos que he recibido recientemente a través de una de esas conocidas redes sociales. Hace falta mucha imaginación para realizar estas composiciones y, sinceramente me parecen una genialidad.
 





 
















 

domingo, 18 de diciembre de 2016

ESTO SI QUE ES PROMOCIONARSE

Revolviendo entre los materiales que tengo archivados, he encontrado esta carta de presentación de un alumno que pretendía acceder a una universidad. Ignoro si consiguió la plaza, pero sólo por la creatividad ya se lo merecía.
 
 
A FIN DE QUE EL COMITÉ DE ADMISIONES PUEDA HACERSE UNA IDEA LO MÁS EXACTA POSIBLE DEL SOLICITANTE, ÉSTE DEBERÁ RESPONDER DETALLADAMENTE A LA SIGUIENTE PREGUNTA: ¿HA TENIDO VD. ALGUNA EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA O HA REALIZADO VD. ALGÚN HECHO IMPORTANTE QUE LE HAYA AYUDADO A DEFINIRSE COMO SER HUMANO?
 
Soy una persona muy activa. No es raro verme escalando las cumbres más elevadas o caminando sobre los hielos polares. En los descansos del mediodía, remodelo estaciones de tren, optimizando su eficiencia y su comodidad. He traducido obras clásicas para refugiados cubanos y de otras nacionalidades. He escrito óperas y administro mi tiempo de un modo muy práctico. He caminado sobre el agua durante tres días seguidos. A las mujeres, las hipnotizo con el sonido de mi trombón. He pilotado bicicletas en pendientes muy pronunciadas a una velocidad extraordinaria. Cocino con habilidad y se me considera un experto en construcción, un artista en el amor y un delincuente en Perú.
 
Utilizando sólo un azadón y un vaso de agua, en una ocasión defendí a un poblado del Amazonas de un feroz ejército de hormigas. Toco el violonchelo y he aparecido en numerosos documentales. Cuando me aburro, construyo puentes colgantes en el patio de mi casa y los martes, después de la escuela, reparo electrodomésticos gratuitamente. Soy pintor abstracto, pensador concreto y lector apasionado. Los críticos literarios de todo el mundo aclaman mis escritos. No sudo. Soy un ciudadano común y tengo mi vida privada, pero cada día recibo miles de cartas de mis fans. Soy experto en la cuerda floja y mis arreglos florales me han hecho famoso en los círculos botánicos internacionales. Los animales me hablan y los niños confían en mí. Puedo lanzar una raqueta de tenis contra un pequeño objeto que se mueva a gran velocidad con una precisión mortal. Una vez leí Guerra y Paz, Cuerpos y Almas y El Paraíso Perdido en un solo día y todavía me sobró tiempo para volver a tapizar por com¬pleto los muebles del salón. Conozco la situación exacta de todos y cada uno de los artículos que hay en el supermercado. He realizado misiones para el FBI y la CIA. Duermo sólo una vez por semana y cuando duermo, lo hago sentado en una silla. Estando de vacaciones en Canadá negocié con unos terroristas que se habían apoderado de una pequeña panadería. Hablo finlandés y swahili —entre otros diecisiete idiomas— y las leyes de la física no me afectan. Sé tejer regatear y levitar y además, pago mis deudas puntualmente. Los fines de semana practico el origami. Hace años descubrí el significado de la vida, pero se me olvidó anotarlo. Crío mejillones gigantes y puedo preparar una comida de cuatro platos utilizando sólo una batidora y un tostador de pan. He toreado en San Juan, he ganado concursos de buceo en Sri Lanka y certámenes de poesía en Moscú. He interpretado a Hamlet, he realizado operaciones a corazón abierto y he hablado con Elvis Presley.
 
Pero todavía no he podido ingresar en la universidad.

domingo, 30 de octubre de 2016

DIARIO DE UN CUBANO

Una de las cualidades que hacen que el ser humano sea eso mismo (humano) es su capacidad de generarse expectativas. Lo malo es que los deseos se cumplan con creces… hasta convertirse en una maldición.
 
Para entender esto, hoy traigo este hilarante testimonio que circula por la red…
 
Agosto 12
Hoy me mudé a mi nueva casa en el estado de Pennsylvania. ¡Qué paz! Todo es tan bonito aquí... Las montañas son tan majestuosas. Casi que no puedo esperar para verlas cubiertas de nieve. Qué bueno haber dejado atrás el calor, la humedad, el tráfico, los huracanes y el cubaneo de Miami. Esto sí que es vida.
 
Octubre 14
Pensylvania es el lugar más bonito que he visto en mi vida. Las hojas han pasado por todos los tonos de color entre rojo y naranja. Qué bueno tener las cuatro estaciones. Salí a pasear por los bosques y por primera vez vi un ciervo. Son tan ágiles, tan elegantes, es uno de los animales más vistosos que jamás he visto. Esto tiene que ser el paraíso. Espero que nieve pronto. Esto sí es vida.
 
Noviembre 11
Pronto comenzará la temporada de caza de ciervos. No me puedo imaginar a nadie que quiera matar una de esas criaturas de Dios. Ya llegó el invierno. Espero que nieve pronto. Esto sí es vida.
 
Diciembre 2
Anoche nevó. Me desperté y encontré todo cubierto de una capa blanca. Parece una postal... una película. Salí a quitar la nieve de los escalones y a dar pala en la entrada. Me restregué en ella y luego tuve una pelea de bolas de nieve con los vecinos (yo gané), y cuando la niveladora de nieve pasó, tuve que volver a dar pala. ¡Qué bonita nieve! Parecen moticas de algodón esparcidas por todos lados. ¡Qué lugar tan bonito! Pennsylvania sí que es vida.
 
Diciembre 12
Anoche volvió a nevar. Me encanta. La niveladora me volvió a ensuciar la entrada, pero bueno... qué le vamos a hacer, de todas maneras, esto sí es vida. Diciembre 19 Anoche nevó otra vez. No pude limpiar la entrada por completo porque antes que acabara, ya había pasado la niveladora, así que hoy no pude ir al trabajo. Estoy un poco cansado de dar pala en esa nieve. ¡Cabrona niveladora! ¡Qué vida!
 
Diciembre 22
Anoche volvió a caer nieve, o mejor dicho... mierda blanca. Tengo las manos hechas mierda y llenas de callos de la pala. Creo que la niveladora me vigila desde la esquina y espera a que acabe con la pala para pasar. ¡Puta madre que la parió!
 
Diciembre 25
Felices Navidades blancas, pero blancas de verdad, porque están llenas de mierda blanca. ¡Coño!... ¡Carajo! Si cojo al hijo de la gran puta que maneja la niveladora, te juro que lo mato. No entiendo por qué no usan más sal en las calles para que se derrita más rápido este cabrón hielo de mierda.
 
Diciembre 27
Anoche todavía cayó más mierda blanca de ésa. Ya llevo tres días encerrado. Salgo nada más cuando tengo que dar pala en la nieve después de que pasa la niveladora. No puedo ir a ningún sitio. El coche está enterrado bajo una montaña de nieve negra. El noticiero dice que esta noche van a caer 10 pulgadas más de nieve. No lo puedo creer.
 
Enero 4
Al fin, hoy pude salir de casa. Fui a buscar comida y un ciervo de mierda se metió delante del coche y lo maté. ¡Carajo! El arreglo del coche me va a salir como en tres mil dólares. Estos animales de mierda deberían ser envenenados. Ojalá los cazadores hubieran acabado con ellos el año pasado. La temporada de caza debería durar el año entero.
 
Marzo 15
Me resbalé en el hielo que todavía hay en esta puta ciudad y me partí una pierna. Anoche soñé que sembraba una palma real.
 
Mayo 3
Cuando me quitaron el yeso, llevé el coche al mecánico. Me dijo que por debajo estaba todo oxidado por culpa de la sal de mierda que echaron en la calle. ¿A quién coño se le ocurre? ¿Es que no hay otra forma de derretir el hielo?
 
Mayo 10
Me mudé otra vez a Miami. ¡Esto sí es vida! ¡Qué delicia! Calor, humedad, tráfico, huracanes y cubaneo. La verdad es que cualquiera que se le ocurra vivir en esa Pennsylvania de mierda tan solitaria y fría es un comemierda y tiene que estar, no solo cagalistroso, sino loco para el carajo. ¡Esto sí es vida!
 
 

domingo, 23 de octubre de 2016

UN LADO POSITIVO PARA LAS COSAS

Este fin de semana en Madrid ha sido lluvioso. En días como estos uno se siente con menos ganas de hacer, con más ganas de estar acurrucado en la poltrona, como si estar en modo “ahorro de energía” fuese una necesidad. Mi madre, que en su juventud trabajó en Inglaterra, nos contaba como le recordaban a aquellos días lluviosos propios del clima británico, muy tristes al no poder ver el sol.
 
Casualmente esta misma tarde ha caído en mis manos esta mercancía procedente del UK: la mejor gamberrada del grupo Monty Python, que transmite positivismo y “buen rollito”…
 
Vamos, digo yo.
 
 

domingo, 28 de agosto de 2016

LO QUE PASA POR NO PREGUNTAR ANTES

Rebuscando entre viejos archivos, me encontré la semana pasada estas dos pequeñas historias. Yo no sé a ustedes, pero a mí me ha sucedido en demasiadas ocasiones que, por no preguntar, por dar ciertas cosas por supuestas, por no indagar un poquito más, me he dado verdaderos planchazos. Lean y reflexionen.
 
 
Un matrimonio joven se instaló en un apartamento nuevo. La pareja decidió empapelar el comedor, por lo que fueron a ver al vecino, que tenía uno de las mismas dimensiones.
 
Vecino, queremos empapelar nuestro comedor como usted hizo con el suyo. ¿Cuántos rollos de papel compró?
 
Siete -respondió amablemente el vecino-.
 
Contando con esta importante información, los jóvenes esposos compraron siete rollos del papel más caro y de mejor calidad, con los que comenzaron a revestir las paredes. Pera resultó que al terminar el cuarto rollo, el comedor estaba ya completamente empapelado. Furiosos por haber gastado una fortuna inútilmente, fueron a ver de nuevo al vecino.
 
Seguimos su consejo sobre el papel para el comedor pero, ¡no comprendemos por qué nos sobraron tres rollos!
 
¿A ustedes también? -contestó asombrado el vecino-.
 
 
+     +     +
 
 
Un hombre le pidió ayuda a su vecino para mover un sofá que se había atrancado en la puerta. Cada uno de ellos se fue a un extremo y forcejearon durante un buen rato hasta quedar exhaustos, pero el sofá seguía atascado.
 
Olvídelo, jamás podremos meter esto -dijo el hombre-.
 
El vecino lo miró con extrañeza:
 
Ah, pero, ¿era meterlo?
 
 

domingo, 17 de julio de 2016

HOMBRE SOLTERO BUSCA

La semana pasada una amiga dejó un comentario en este blog. Dado que la publicación terminaba hablando de cubrir la necesidad de afecto y ternura, debió de pensar que yo andaba enamoriscado. Siento mucho tener que decepcionarla, pero aún no me hallo en tal estado. Ahora me encuentro más bien en uno de esos momentos “místico-comprensivos” en los que estoy más interesado en la búsqueda y el encuentro de mí mismo que en el de una pareja. Sin embargo, esto no siempre ha sido así (¡gracias a Dios!).
 
Reconozco que nunca he sido una persona muy activa en esto de la búsqueda de pareja. Siempre fui demasiado tímido para hablar de mis sentimientos. Por ese hecho, hace unos años me registré en una página de contactos de esas que te aseguran que son capaces de encontrarte a la pareja de tu vida en menos tiempo de lo que tardas en decir “estoy soltero y busco plan”.
 
En efecto, yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros hermanos que he pecado de pensamiento, palabra, obra y ejecución. ¡Yo también he sido usuario de una de esas web para solteros exigentes! En esta web, como en todas de corte semejante, se suele insistir en que la presentación es muy importante si se quiere impresionar a las usuarias. Por este motivo decidí trabajarme muy bien la introducción y colgué el siguiente anuncio:
 
 
Lo más difícil es describirse a uno mismo, por lo que prefiero que sean los demás quienes lo descubran… No, creo que esta es una presentación que ya está demasiado vista. Empezaré de nuevo...
 
 
¿Por dónde puedo comenzar una descripción de mí mismo? No sé. Los encargados de esta web aconsejan que sea sincero y que no olvide expresarme con sentido del humor. Bien, voy a intentarlo.
 
Mido 1,82 m (aproximadamente) y tengo la piel muy blanca (como los champiñones) ya que no me da mucho el sol (como a los champiñones). Tengo barba (con bastantes canas ya, por cierto) y cuando paso cinco meses sin arreglarla, mi aspecto recuerda al de Johnny Castaway o al de fray Leopoldo de Alpandeire. Bueno, con lo del pelo facial tengo que hacer una matización: cuando cambian las condiciones meteorológicas y aprieta “la caló”, la barba desaparece, y si no fuera por las canas que ya me toca peinar, parecería que rejuvenezco hasta los 30 años. Respecto a los demás pelos corporales, debo informar que sufro déficit capilar frontal con migración de pelambrera hacia lugares menos deseables. Si hay cita, prometo recortarme los pelos de la nariz y depilarme los de las orejas.
 
Soy un hombre a una nariz pegado, ya que mi probóscide tiene un formato Cyrano de Bergerac. A pesar de ello, sufro atrofia olfativa y una constante sensación de obstrucción nasal. Si hay cita, no uses un gran perfume: seguro que seré incapaz de apreciarlo. Si te preguntas si padezco halitosis, mal olor de axilas, o si mis zapatos huelen peor que un cadáver en descomposición, ¡genial!, ya tenemos algo en común: ¡yo también me lo pregunto!
 
Si lo que te atrae de un hombre es su sonrisa, bórrame de tus favoritos. De pequeño no me quise poner corrector dental y tengo los dientes que parecen haber salido de la montaña rusa.
 
Como de todo y no soy nada deportista. El único ejercicio físico que hago lo efectúo todas las mañanas: incorporarme de la cama (¡uf, es durísimo!). A pesar de todo, creo que tengo un peso ideal, aunque no quiero ser demasiado idealista.
 
Soy un tipo callado y encerrado en sus propios pensamientos, al que le encanta la soledad (que a veces suele convertirse en aislamiento). Me cautivan los juegos de estrategia para PC, y paso las horas muertas disfrutando de la construcción de ciudades e imperios mientras los defiendo de los ataques de inicuas hordas bárbaras.
 
¿Y de salir? Bueeeno… a ese tipo de eventos me apunto de cuando en cuando, pero con el tipo de vida (vegetativa) que llevo, sólo tengo medio tema de conversación. Si hay cita, me pido escuchar. Y a la hora de pagar, algunos dicen de mí que me estiro menos que el portero de un futbolín. Pero eso no es del todo exacto. Lo que sucede es que yo no soy de esos hombres que nunca consienten que una mujer invite.
 
¿Y el bailoteo…? Una vez intenté aprender. Aún tengo pendiente el juicio por lesiones.
 
¿Hay alguien que tenga aún curiosidad por saber más? ¿Por dónde puedo continuar? Por ejemplo… por mis pies: tengo unas durezas en los talones que parecen centollos. Gracias a ellos conseguí el tercer premio en el certamen de claque de Sauquillo de Boñices (provincia de Soria). Bueno, lo del premio no es cierto, pero lo de los callos, por desgracia, sí (snif). A la piedra pómez la tengo consumida y la pobrecita se me echa a temblar cada vez que me acerco a ella. Y no me meto en la ducha con una lijadora de paredes por el elevado riesgo de electrocución, que si no…
 
En el resto de mis funciones soy tirando a “normalito”: ventoseo con mucha frecuencia y, a pesar de mi atrofia olfatoria, puedo asegurar que el aroma no es ni rosas, ni pino, ni lavanda. Afortunadamente para la audiencia, este tipo de actos los perpetro cuando estoy solito (se disfrutan muchísimo más). Bien, creo que será mejor no seguir la descripción por aquí, ya que me estoy poniendo demasiado escatológico.
 
Emocionalmente, soy más plano que una campeona olímpica de natación, soy un perezoso en las relaciones sociales, y hasta mi padre me decía que yo era más raro que un perro verde. Vivo con mi “señá” madre, que ya es bastante mayor, y tengo muy asumido que a este paso o termino vistiendo santos o acabo como Norman Bates.
 
¿Y en la cama? Duermo como un tronco, doy más vueltas que una peonza, y me despierto con la boca como la suela de un zapato ya que respiro por ella (otra vez por culpa de mi problema obstructivo nasal). Ya no puedo asegurar que ronque, porque si lo hago, siempre ocurre cuando estoy dormido. Ah, se me olvidaba otro detalle: en el lecho, no sé si por la posición… o por el relajamiento… sigo ventoseando (¿qué hombre no hace ruido en la cama?). Si alguna vez pasamos la noche juntos, permíteme un consejo: procura que yo no te dé la espalda.
 
Semejante dechado (o quizá sea mejor hablar de “deshecho”) de “virtudes” me hace dudar que las clientas de este servicio se fijen en mí, ya que cuando leo los anuncios que algunas cuelgan por aquí, parece que le estén escribiendo una carta a los Reyes Magos pidiéndoles un Geyperman. Cuando describen a su hombre ideal sólo les falta añadir: “...y que no sea alérgico a la kriptonita” (¡si es que leer cosas así le quitan a uno todas las ganas, leñe!).
 
A pesar de todo, aquí estoy yo.
 
No se admitirán reclamaciones (que nadie diga que no avisé).
 

domingo, 19 de junio de 2016

CARTA DESDE EL CAMPAMENTO DE VERANO

Ahora que se acerca el verano, ese tiempo para los campamentos de verano infantiles, quisiera compartir este documento que he encontrado entre viejos archivos. Se trata de la carta de un niño desde uno de esos campamentos. Es un tranquilizador testimonio para padres y madres. Dice así:
 
Hola papá y mamá:
 
Estamos bien. El agua sólo se ha llevado una tienda de campaña y dos sacos de dormir. No se ha ahogado nadie porque justo en el momento de la inundación estuvimos buscando a Carlos que se había perdido en la montaña. Ah, ¿podéis llamar a los padres de Carlos para decirles que está bien? Es que él no puede escribir una carta porque se ha roto los dos brazos. Me han dejado ir en el 4x4 con los rescatadores, ¡qué guay! Si no hubiera habido tanto relámpago, nunca hubiéramos encontrado a Carlos. El jefe del campamento estaba muy enfadado con Carlos por haberse ido solo a la montaña sin avisar. Carlos sí que se lo dijo al jefe pero como éste estaba muy ocupado apagando un fuego, posiblemente no le habría oído a Carlos. ¿Sabíais que si tiras una bombona de butano al fuego, explota? Los árboles no se quemaban porque estaban demasiado mojados de la lluvia pero sí una de las tiendas con nuestra ropa. David tendrá un aspecto raro hasta que le vuelva a crecer el pelo.
 
Si el jefe logra arreglar el minibús, el sábado estaremos en casa. Él no tuvo la culpa del accidente porque cuando salimos del campamento los frenos todavía funcionaban. Dice que es muy normal que coches tan viejos como el minibús suyo se rompen a menudo. Por eso tampoco lo puede asegurar. A nosotros nos gusta mucho el minibús, al jefe no le importa que lo ensuciemos. Tiene sólo diez asientos pero entramos fácilmente unos veinte niños. En los caminos de montaña nos deja llevar el minibús un rato cada uno. Eso esta muy guay porque tiene muchas curvas que lo hace más divertido. Lo malo fue que la policía nos paró justo cuando me tocaba a mí. Dijo el policía que iba a hablar con vosotros. No os preocupéis, estamos en buenas manos.
 
El jefe es realmente guay. Esta mañana todos nos fuimos a nadar en el lago pero a mí no me dejaba porque no sé nadar y a Carlos tampoco porque tiene los brazos rotos. Así nos dejó a los dos con la canoa llegar hasta el otro lado del lago. Si miras en el agua ves en el fondo los árboles sumergidos por la inundación. El jefe no es tan pesado como el del año pasado, ni siquiera se enfadó por habernos olvidado los chalecos salvavidas. Él está demasiado ocupado arreglando el minibús, por eso lo molestamos lo menos posible.
 
¡Ah! ¿Sabéis una cosa? Hemos hecho un cursillo de primeros auxilios. Cuando Oscar se tiró al agua se hizo un corte muy profundo y le hicimos un torniquete. Es un nudo para cortar hemorragias. Me puse a vomitar y algunos otros niños también pero según el jefe era por haber comido un pollo en mal estado. Nos dijo que el pollo sabía igual que la comida en la cárcel. Estoy muy contento que el jefe esté en libertad y que ha venido con nosotros de campamento para mejorar su vida. Dice que a partir de ahora lo va a hacer todo bien. ¿Por cierto, que es un pederasta? Bueno, voy a terminar la carta ya, porque luego nos vamos a la ciudad para llevar nuestras cartas a correos y para comprar vaselina. El jefe dice que es para los juegos que vamos a hacer luego.
 
No os preocupéis, estamos muy bien.
 
Un beso muy fuerte,
 
Albertito.
 

domingo, 8 de mayo de 2016

INFORME DE UN ALBAÑIL

Esta lluviosa tarde de domingo me apetece publicar algo “ligero” para este blog. Rebuscando en mis archivos, he encontrado esta vieja historia. Es el informe que un albañil redactó para la aseguradora tras haber sufrido un accidente. De su lectura solo se puede extraer una moraleja: ¡qué importante es la seguridad en el trabajo!
 
 
Muy Sres. míos:
 
En su reciente escrito me piden ustedes más detalles y me dicen que debo ampliar la información contenida en el punto 3 del informe de mi accidente, en el cual indiqué como causa, «falta de planificación».
 
Confío en que los siguientes datos serán suficientes:
 
Soy albañil y mi especialidad es la construcción de muros. El día del accidente, estaba trabajando yo solo en la parte superior de un edificio de seis plantas. Cuando terminé mi trabajo, observé que me habían sobrado una cierta cantidad de ladrillos, cuyo peso, según luego se comprobó, ascendía a 120 kilos. En lugar de bajar dichos ladrillos transportándolos yo mismo, decidí utilizar para ello un barril y la polea instalada sobre la fachada del edificio, en la sexta planta.
 
Tras bajar y amarrar la cuerda a la hormigonera situada en la acera, subí de nuevo a la azotea y llené el barril con los ladrillos. Luego bajé y desaté la cuerda, sujetándola fuertemente con ambas manas, a fin de asegurarme de que los 120 kilos de ladrillos descendieran lentamente (en el punto 2 del informe indico mi peso corporal, que es de 65 kilogramos). Entonces me vi súbitamente elevado del suelo. La sorpresa me hizo perder mi presencia de ánimo y por eso, me olvidé de soltar la cuerda. No hará falta decir que fui impulsado hacia arriba con gran velocidad subiendo verticalmente por la fachada del edificio.
 

Cerca de la tercera planta me encontré con el barril lleno de ladrillos, que bajaba a una velocidad igualmente impresionante. Consecuencia de este encuentro fue la fractura de cráneo, algunas contusiones menores y la rotura de clavícula, tal como indico en la sección 3 del informe.
 
La reducción que este encuentro generó en mi velocidad de ascenso fue sólo momentánea, continuando así mi rápida subida que no se detuvo hasta que los dedos de mi mano derecha penetraron en la polea, tal como menciona en el párrafo segundo. Afortunadamente, para entonces ya había recobrado mi presencia de ánimo y fui capaz de permanecer fuertemente agarrado a la cuerda, a pesar del intenso dolor que estaba comenzando a experimentar.
 
Pero, casi al mismo tiempo llegó al suelo el barril de ladrillos, y a causa del golpe se desprendió el fondo del mismo. Liberado del peso de los ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 kilos (los remito de nuevo a mi peso corporal).
 
Como podrán imaginar en ese momento inicié un rápido descenso, otra vez a lo largo de la fachada del edificio. Pero en las cercanías del tercer piso me encontré con el barril que subía. Ello explica los dos tobillos fracturados, las piezas dentales perdidas y diversas magulladuras en las piernas y en las partes bajas del cuerpo.
 
Entonces mi suerte comenzó a mejorar ligeramente. Este encuentro con el barril redujo mi velocidad lo suficiente como para aminorar los daños de mi caída sobre el montón de ladrillos, por lo que afortunadamente, en el aterrizaje solo resultaron fracturadas tres vértebras y dos costillas.
 
Sin embargo, lamento tener que comunicarles que mientras permanecía tendido sobre el montón de ladrillos, incapacitado para moverme, sufriendo grandes dolores y observando el barril vacío encima de mi cabeza —seis plantas más arriba—, perdí de nuevo mi presencia de ánimo y... ¡solté la cuerda!
 

domingo, 27 de diciembre de 2015

EL SACO PRODIGIOSO

Hoy me apetece hablar de los efectos terapéuticos de la risa. Para ello traigo esta tarde un relato recogido en el libro “Las Mil y Una Noches”.

 
Cuentan que el califa Harún Al-Rashid, atormentado una noche por uno de sus frecuentes insomnios, llamó a Giafar, su visir y le dijo:
 
- ¡Oh Giafar! Esta noche tengo el corazón extremadamente oprimido a causa del insomnio y ardo en deseos de ver cómo te las vas a arreglar para ensanchármelo.
 
Giafar le contestó:
 
- ¡Oh, Emir de los creyentes! Tengo un amigo llamado Alí el Persa, que posee en su alforja una gran cantidad de deliciosas historias, adecuadas para borrar las penas más tenaces y para calmar los humores más irritados!
 
Al-Rashid contestó:
 
- ¡Pues que venga tu amigo a mi presencia al instante!
 
Giafar lo trajo en unos momentos ante el califa, quien le hizo sentarse y le dijo:
 
- ¡Escucha, Alí! Me han dicho que sabes historias capaces de disipar la pena y el dolor y hasta de procurar el sueño a quien sufre de insomnio. ¡Quiero que me cuentes una de esas historias!
 
A lo cual, Alí el Persa respondió:
 
- Escucho y obedezco ¡Oh, emir de los creyentes! Pero no sé si debo contarte algo que haya oído con mis oídos o algo que haya visto con mis ojos.
 
AlRashid le dijo:
 
- Prefiero una historia en la que tú mismo intervengas.
 
Entonces dijo Alí el Persa:
 
- Un día, estaba yo sentado en mi tienda vendiendo y comprando, cuando llegó un kurdo para convenir conmigo algunos objetos. De pronto, se apoderó de un saquito que había delante de mí, y sin tomarse siquiera el trabajo de ocultarlo quiso llevárselo, como si fuera suyo desde que nació. Entonces, me planté en la calle de un salto, lo agarré por el faldón de su túnica y le insté a que me lo devolviera, pero él se encogió de hombros y me dijo: «Pero si este saco me pertenece con todo lo que tiene!» Entonces forcejeamos y a punto de ahogarme, grité: «¡Oh musulmanes, salvad de las manos de este no creyente lo que es mío!» Al oír mis gritos todo eh zoco se agolpó a nuestro alrededor y los mercaderes me aconsejaron que fuese a denunciar al kurdo ante el cadí. Acepté, y entre varios me ayudaron a arrastrar hasta la casa del cadí al kurdo que me había robado mi saco.
 
 
Cuando estuvimos en su presencia, nos mantuvimos respetuosamente en pie, y él empezó preguntándonos: «¿Quién de vosotros es el querellante y de quién se querella?» Entonces el kurdo, sin darme tiempo para abrir la boca, se adelantó algunos pasos y contestó: «¡Que Alá dé su apoyo a nuestro amo el cadí! Este saco, es mi saco y me pertenece con todo lo que contiene. ¡Lo había perdido y acabo de encontrarlo en la casa de este hombre!» El cadí le preguntó: «¿Cuándo ocurrió eso?» A lo que él respondió: «¡Lo perdí durante el día de ayer y su extravío me impidió dormir durante toda la noche!»
 
El cadí dijo: «¿Qué contiene ese saco?» Entonces, sin dudar un instante contestó el kurdo:
 
«¡Oh, nuestro amo el cadí! En mi saco hay dos frascos de cristal llenos de kohl y dos varillas de plata para extenderlo, un pañuelo, dos vasos de limonada con el borde dorado, dos antorchas, dos cucharas, un almohadón, dos tapetes para mesa de juego, dos pucheros con agua, dos canastas, una bandeja, una marmita, un depósito de agua de barro cocido, un cazo de cocina, una aguja gorda de hacer calceta, dos sacos con provisiones, una gata preñada, dos perras, una escudilla con arroz, dos burros, dos literas de mujer, un traje de paño, dos pellizas, una vaca, dos becerros, una oveja con dos corderos, una camella y dos camellitos, dos dromedarios de carreras con sus hembras, un búfalo y dos bueyes, una leona y dos leones, una osa, dos zorros, un diván, dos camas, un palacio con dos salones de recepción, dos tiendas de campaña de tela verde, dos doseles, una cocina con dos puertas y una asamblea de kurdos de mi especie dispuestos a dar fe de que este saco es mi saco».
 
Entonces el cadí se encaró conmigo y me preguntó: «¿Y qué tienes tú que decir a esto?»
 
«Yo, ¡oh Emir de los creyentes!, estaba estupefacto con todo aquello. Sin embargo, avancé un poco y contesté: «¡Eleve y honre Alá a nuestro amo el cadí! Yo también sé el contenido de mi saco: En él hay un pabellón en ruinas, una casa sin cocina, un albergue para perros, una escuela de adultos, unos jóvenes que juegan a los dados, una guarida de salteadores, un ejército con sus jefes, la ciudad de Bassara y la ciudad de Bagdad, el palacio antiguo del emir Scheddad ben Aad, un horno de herrero, una caña de pescar, un cayado de pastor cinco buenos mozos, doce jóvenes vírgenes y mil conductores de caravanas dispuestos a dar fe de que este saco es mi saco!» Cuando el kurdo hubo oído mi respuesta, rompió a llorar y a sollozar, y luego exclamó con la voz entrecortada por las lágrimas: «¡Oh nuestro amo el cadí! Este saco me pertenece y ello es conocido y reconocido, y todo el mundo sabe que es de mi propiedad ¡Además encierra dos ciudades fortificadas y diez torres, dos alambiques de alquimista, cuatro jugadores de ajedrez, una yegua y dos potros, un semental y dos jacas, dos lanzas largas, dos liebres, un mozo experto y dos mediadores, un ciego y dos clarividentes, un cojo y dos paralíticos, un capitán marino, un navío con sus marineros, un sacerdote cristiano y dos diáconos, un patriarca y dos frailes, y por último, un cadí y dos testigos dispuestos a dar fe de que este saco es mi saco!»
 
Al oír estas palabras, se encaró conmigo el cadí y me preguntó: «¿Qué tienes tú que contestar?»
 
Yo, ¡Oh, emir de los creyentes!, me sentía lleno de rabia hasta las narices. No obstante, me adelanté unos pasos y contesté con toda la calma de que era capaz: «¡Que Alá establezca y consolide el juicio de nuestro amo el cadí! ¡Debo añadir que en este saco hay, además, medicamentos contra el dolor de cabeza, filtros y hechizos, cotas de malla y armarios llenos de armas, mil carneros destinados a luchar a cornadas, un parque con granados, hombres dados a las mujeres y otros aficionados a los muchachos, jardines llenos de árboles y de flores, viñas cargadas de uvas, manzanas e higos, sombras y fantasmas, frascos y copas, dos recién casados con todo su séquito de boda, gritos y chistes, unos amigos sentados en una pradera, banderas y pendones, una casada saliendo del hamman, veinte cantantes, cinco hermosas esclavas abisinias, tres indias, cuatro griegas, cincuenta turcas, sesenta persas, cuarenta cachemirienses, ochenta kurdas, otras tantas chinas, noventa georgianas, todo el país de Irak, el paraíso terrenal, dos establos, una mezquita, varios hammams, cien mercaderes, una tabla de madera, un clavo, un negro que toca el clarinete, mil dinares, veinte cajones llenos de telas, veinte danzarinas, cincuenta almacenes, la ciudad de Kufa, las ciudades de Gaza, Damieta y Assuán, el palacio de Khosrú-Anuschirván y el de Soleimán, todas las comarcas situadas entre Balkh e Ispahan, las Indias y el Sudán, Bagdad y el Khorassán, contiene además ¡que Alá preserve los días de nuestro amo el cadí!, una mortaja, un ataúd y una navaja de afeitar para la barba del cadí, si el cadí no quisiera reconocer mis derechos y sentenciar que este saco es mi saco!»
 
Cuando el cadí oyó todo aquello nos miró con asombro a los dos y dijo: «¡Por Alá! O sois unos bribones que os burláis de la ley y de su representante, o este saco debe ser un abismo sin fondo o el propio Valle del Día del Juicio!»
 
Y para comprobar nuestras palabras, hizo que se abriera el saco ante testigos. ¡Contenía unas pieles de naranja y varios huesos de aceituna! Entonces, pasmado hasta el límite, declaré que el saco pertenecía al kurdo, pero que el mío había desaparecido, y me marché».
 
Cuando el califa Harún Al-Rashid hubo escuchado esta historia, la fuerza de la risa lo tiró de espaldas y le hizo un magnífico regalo a Alí el Persa. ¡Y aquella noche durmió con un profundo sueño hasta bien entrada la mañana!

domingo, 20 de diciembre de 2015

LA UTILIDAD DE UNAS GAFAS.

Como se acerca la Navidad, fecha para hacer regalos, hoy quisiera traer a este lugar una mercadería de esas que a mí me gustan: algo que haga reír y que hable de regalos. La historieta cuenta lo siguiente...
 
 
Un joven que fue a la capital a solucionar unos asuntos, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas y encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas, entró en una óptica. Después de ver unas cuantas, se decidió por un determinado par. La dependienta se las envolvió y él pagó la cuenta, pero al marcharse, en lugar de tomar la caja de las gafas, cogió otra muy parecida que había al lado y que contenía unas bragas que seguramente se acababa de comprar alguna cliente de las que había en la óptica en aquel momento.
 
Mi amigo no se dio cuenta de la equivocación, así que desde allí se fue directamente a correos y le envió la caja a su novia junto con una carta. La novia recibió el paquete y quedó perpleja al ver su contenido, pero aún más al leer la carta que decía:
 
«Querida mía:
 
Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que no tienes ningunas, pues llevabas mucho tiempo con las otras que tenias y estas son cosas que se tienen que cambiar de vez en cuando. Espero haber acertado con el modelo, la dependienta me dijo que eran la última moda y me enseñó las suyas, que eran iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras, las cogí y me las puse allí mismo. ¡No sabes cómo se rió la dependienta! Como te imaginarás estos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que ya sabes que tengo unos rasgos muy alargados. Una muchacha que había allí me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo viera el efecto que hacían, las vi estupendas, por eso me decidí y las compré.
 
Póntelas y enséñaselas a tus padres, a tus hermanos, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y más ahora que has estado tanto tiempo sin llevar ninguna. Póntelas para ir por la calle y todo el mundo va a notar que las llevas. Si te quedan muy pequeñas me lo dices, no te vayan a dejar señal cuando te las quites. Ten también cuidado de que no te estén grandes, no sea que al andar se te caigan. Llévalas con cuidado y sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tienes la costumbre de llevarlas en la mano para que todos vean tus encantos. En fin, para qué te voy a contar más, sólo te digo que estoy deseando vértelas puestas. Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte, cariño.»
 

domingo, 11 de octubre de 2015

LA RISA

Un viejo cuento judío dice así:
 
Érase una vez un país que englobaba todos los países del mundo. Y en ese país había una villa que encerraba todas las villas del país. Y en esa villa había una calle que reunía todas las calles de la villa. Y en esa calle había una casa que abrigaba todas las casas de la calle. Y en esa casa había un cuarto, y en ese cuarto había un hombre, y ese hombre encarnaba todos los hombres de todos los países. Y ese hombre reía, reía. Y nunca nadie había reído como él.
 
Fuente: Ben Zimet, Cuentos del pueblo judío.
Ed. Sígueme, Salamanca, 2002, p. 108.
 
Cuenta un mito apache que el creador hizo al hombre capaz de hablar, de correr, de ver, y de oír, pero no se sintió satisfecho hasta darle una cualidad más: la risa. Y así el hombre rió y rió, y entonces el creador dijo: “Ahora estás preparado para la vida”.
 

domingo, 20 de septiembre de 2015

LA PERSPECTIVA ADECUADA

Queridos papá y mamá:
 
Desde que me fui al colegio he descuidado el escribiros y lamento mi desconsideración por no haberlo hecho antes. Ahora os pondré al corriente, pero antes sentaos. No leáis nada más, a menos que estéis sentados. ¿De acuerdo?
 
Bueno, pues me encuentro bien ahora. La fractura de cráneo y la conmoción que me produjo la caída al saltar desde la ventana de mi dormitorio, cuando éste se incendió, a poco de llegar aquí, se han curado perfectamente. Pasé sólo quince días en el hospital y ahora veo casi con normalidad y sólo me afecta el dolor de cabeza una vez al día. Por fortuna, el incendio en el dormitorio y mi salto por la ventana fueron presenciados por un empleado de la gasolinera cercana, que avisó a los bomberos y a la ambulancia.
 
Después me vino a visitar al hospital y como yo no tenía sitio donde vivir, a causa del incendio, él fue tan amable que me invitó a compartir su vivienda. Realmente se trata de un sótano, pero es muy cuco. Él es un muchacho excelente y nos enamoramos como locos, por lo que pensamos casarnos. Aún no sabemos la fecha exacta, pero podrá ser antes de que se note mi embarazo.
 
Sí papás, estoy embarazada. Me consta lo mucho que os complacerá ser abuelos y estoy segura que recibiréis bien al bebé, dándole el mismo cariño, afecto y cuidados que tuvisteis conmigo cuando era pequeña. La causa del retraso en nuestra boda se debe a una ligera infección que padece mi novio que nos ha impedido pasar las pruebas hematológicas prematrimoniales, y que yo, descuidadamente, me he contagiado de él. Estoy segura de que lo recibiréis en nuestra familia con los brazos abiertos. Él es cariñoso, y aunque no muy educado, tiene ambición. Su raza y religión son distintas de la nuestra, pero sé que vuestra tolerancia, frecuentemente expresada, no os permitirá enfadaros por esto.
 
Ahora que ya estáis al corriente de todo, quiero deciros que no se incendió mi dormitorio, no tuve fractura ni conmoción de cráneo, ni fui al hospital, no estoy embarazada, no tengo novio, no sufro ninguna infección y no hay ningún muchacho en mi vida. Sin embargo, he sacado un suspenso en Historia y un aprobado en Ciencias, y quiero que veáis estas notas en su perspectiva adecuada.
 
Vuestra hija que os quiere, Ana.
 

domingo, 25 de enero de 2015

LA SERIEDAD DEL BURRO


Reconozco que la última publicación de este blog era algo deprimente. Hoy para compensar quiero hacer algo más sano y que siempre olvidamos hacer. Me pregunto si este olvido es la causa de tanta “enfermedad” en nuestro mundo. ¡Siempre tan serios!
 
Sin embargo, no hay nada más risible que la seriedad del burro.
 
¡A reír un poco!