EL BLOG SE PRESENTA...

EL BLOG SE PRESENTA...

Al cumplir los cuarenta, mi creador comenzó a hacerse las típicas preguntas asociadas a aquella edad: «¿qué he hecho con mi vida hasta ahora?», «¿qué pienso hacer a partir de ahora con ella?». Esas cuestiones fueron el motor de un blog con un carácter más bien “autobiográfico”, una suerte de “registro de recuerdos” que pretendía anotar algunas de sus vivencias personales y su impacto en él. Sin embargo, aquellas primeras páginas se expresaban en función del autoconcepto y el estado de ánimo del autor. Si ambos eran bajos, el estilo de cada publicación traslucía ese sentir.
Con el tiempo, aquel proyecto acabó en vía muerta.
Dos años después, mi autor retomó aquel cuaderno de bitácora para reconstruirlo desde sus cimientos e intentar corregir sus defectos. ¡Y nací yo!
En mis inicios, fui un medio para satisfacer el deseo de compartir vivencias y reflexiones personales, así como textos y vídeos variados que gustaban a mi creador. Este navío quería traer a puerto todas aquellas mercancías que pudieran enriquecer a los que paseasen por sus páginas.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy todo eso y algo más. Si, sigo siendo el saco en el que se introducen todas aquellas vivencias, reflexiones, textos y videos que han enriquecido de una u otra manera a mi autor. Pero además, combinando palabras propias y prestadas, me estoy convirtiendo en el relato de un itinerario en el que mi creador describe su transformación. En mi se ha reunido todo aquello que ha formado parte (de alguna manera) de un proceso de ensanchamiento humano y espiritual, un proceso de evolución que aún continúa.

¡Bienvenidos!


domingo, 23 de noviembre de 2014

QUIEN SOY DEJA HUELLA

Hace unas semanas alguien me dijo que yo había dejado huella en su vida. Algunos días después llegó a mi e-mail una presentación en PowerPoint que hoy quisiera compartir para inaugurar este blog.
 
 
Una maestra de Nueva York decidió honrar a cada uno de los alumnos que estaba a punto de graduarse en el colegio, hablándoles de la huella que cada uno de ellos había dejado. Los fue llamando uno por uno para que se levantasen de sus asientos y se situasen junto a ella. Primero, le contó a cada uno cómo había dejado huella en la vida de ella, y en la de la clase. Luego ofreció a cada uno una cinta azul impresa con letras doradas, en la que se leía: “Quien soy deja huella.”
 
Al final, la maestra decidió hacer un proyecto de clase, para ver el impacto que este reconocimiento tendría en una comunidad. Le dio a cada uno tres cintas azules más y les pidió que fueran y extendieran esta ceremonia de reconocimiento. Luego deberían seguir los resultados, ver quién premió a quién e informar a la clase al cabo de una semana.
 
Uno de los alumnos, fue a ver a un joven ejecutivo de una industria cercana, y lo premió por ayudarle con la planificación de su carrera. Le dio una cinta azul y la adhirió a su camisa. Luego le dio las dos cintas extras y le dijo: “estamos haciendo un proyecto en clase sobre el “reconocimiento”. Nos gustaría que usted encontrara a alguien a quién premiar y le dé una cinta azul”. Más tarde, ese mismo día, el joven ejecutivo fue a ver a su jefe, quien tenía reputación de ser una persona amargada, y le dijo que él lo admiraba profundamente por ser un genio creativo.
 
El jefe pareció estar muy sorprendido. El joven ejecutivo le preguntó si él aceptaría el regalo de la cinta azul, y si le permitiría ponérsela en la camisa. El jefe dijo: “bueno, ¡claro!”. El joven ejecutivo tomó una de las cintas azules y la puso en la chaqueta del jefe, sobre su corazón, y le preguntó, ofreciéndole la última cinta: “¿podría tomar está cinta extra y pasarla, premiando a alguien más? El estudiante que me dio estas cintas está haciendo un proyecto de clase, y queremos continuar esta ceremonia de reconocimiento y ver cómo afecta a la gente”.
 
Esa noche, el jefe llegó a casa y se sentó con su hijo de 14 años, y le dijo: “hoy me pasó algo increíble. Estaba en mi oficina, y uno de mis empleados vino y me dijo que me admiraba, y me dio una cinta azul por ser un genio creativo. ¡Imagínate! ¡El piensa que yo soy un genio creativo! Luego me puso una cinta azul que dice, “Quien soy deja huella.” Me dio una cinta extra y me pidió que encontrara a alguien más a quién premiar. Cuando estaba conduciendo a casa esta noche, empecé a pensar a quién podría premiar con esta cinta, y pensé en ti. ¡Quiero premiarte a ti! Mis días son muy agitados y cuando vengo a casa no te presto mucha atención. Te grito por no tener buenas notas y por el desorden en tu habitación. De alguna forma, esta noche, solo quería sentarme aquí y hacerte saber que tú me importas. Tú y tu madre sois las personas más importantes en mi vida. ¡Eres un gran muchacho, y te quiero!”
 
El muchacho sorprendido empezó a llorar. Todo su cuerpo temblaba. Miró a su padre y entre lágrimas dijo: “papá, hace un rato me senté en mi habitación y escribí una carta para ti y mamá, explicando porque me había quitado la vida, y os pedía que me perdonaseis. Me iba a suicidar esta noche después de que vosotros os durmierais. Yo pensé que a vosotros no os importaba. La carta está arriba. No creo que la vaya a necesitar después de todo esto”.
 
Su padre subió al segundo piso y encontró la carta, sincera y llena de angustia y dolor. El jefe regresó al trabajo totalmente cambiado. Ya no estaba amargado, pero se aseguró de hacer saber a todos sus empleados que ellos hacían la diferencia.
 
 
El joven ejecutivo ayudó a mucho otros jóvenes con la planificación de sus carreras, uno de ellos era el hijo del jefe, y nunca se olvidó de recordarles que ellos dejaban huella en su vida. Además, el joven y sus compañeros de clase aprendieron una lección muy valiosa: “quien soy, deja huella”.
 
Autor desconocido.

2 comentarios:

  1. Me encantó, como todo lo que públicas. Llegue a emocionarme con tus palabras! Eres genial! Besos

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