EL BLOG SE PRESENTA...

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Al cumplir los cuarenta, mi creador comenzó a hacerse las típicas preguntas asociadas a aquella edad: «¿qué he hecho con mi vida hasta ahora?», «¿qué pienso hacer a partir de ahora con ella?». Esas cuestiones fueron el motor de un blog con un carácter más bien “autobiográfico”, una suerte de “registro de recuerdos” que pretendía anotar algunas de sus vivencias personales y su impacto en él. Sin embargo, aquellas primeras páginas se expresaban en función del autoconcepto y el estado de ánimo del autor. Si ambos eran bajos, el estilo de cada publicación traslucía ese sentir.
Con el tiempo, aquel proyecto acabó en vía muerta.
Dos años después, mi autor retomó aquel cuaderno de bitácora para reconstruirlo desde sus cimientos e intentar corregir sus defectos. ¡Y nací yo!
En mis inicios, fui un medio para satisfacer el deseo de compartir vivencias y reflexiones personales, así como textos y vídeos variados que gustaban a mi creador. Este navío quería traer a puerto todas aquellas mercancías que pudieran enriquecer a los que paseasen por sus páginas.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy todo eso y algo más. Si, sigo siendo el saco en el que se introducen todas aquellas vivencias, reflexiones, textos y videos que han enriquecido de una u otra manera a mi autor. Pero además, combinando palabras propias y prestadas, me estoy convirtiendo en el relato de un itinerario en el que mi creador describe su transformación. En mi se ha reunido todo aquello que ha formado parte (de alguna manera) de un proceso de ensanchamiento humano y espiritual, un proceso de evolución que aún continúa.

¡Bienvenidos!


sábado, 9 de marzo de 2019

LA LLAVE DE LA FELICIDAD

Hace mucho tiempo que no he subido ningún cuento a este navío y como llevo varias publicaciones hablando de eso del conocimiento de uno mismo y de mirar al interior, hoy me gustaría dejar aquí esta pequeña historia procedente del lejano oriente.
 
«En el comienzo, Dios se sentía solo, muy solo. Y para poder superar esta soledad creó unos seres sobrenaturales para que le hicieran compañía; pero estos seres encontraron la llave de la felicidad y se fundieron con Dios, que volvió a quedarse solo.
 
Entonces pensó que había llegado el momento de crear al ser humano, pero temió que este pudiera encontrar también la llave de la felicidad. Si lo hacía, el hombre encontraría el sendero hacia Él y se fundiría con Él, quedándose de nuevo solo.
 
Toda la noche la pasó Dios pensando y preguntándose dónde podría ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no pudiera encontrarla. Primero pensó esconderla en el fondo de los océanos; luego en una gruta o en la más alta de las cordilleras; después pensó en ocultarla en otro planeta. Pero ninguno de estos lugares le complacía. Sabía que el ser humano terminaría descendiendo al océano más profundo y que antes o después escalaría las cumbres más altas y bajaría a las cuevas más recónditas, encontrando la llave. Ni siquiera estaría segura en un lejano planeta, ya que el hombre llegaría allí tarde o temprano.
 
Al alba todavía seguía preguntándose dónde ocultarla. Y cuando el sol comenzaba a despuntar, se le ocurrió el lugar perfecto, un sitio en que el hombre nunca buscaría la llave de la felicidad: dentro del hombre mismo.
 
Así fue como Dios creó al ser humano y en su interior colocó la llave de la felicidad».
 
Fuente: Ramiro Calle. Los mejores cuentos espirituales de oriente. RBA, Barcelona 2003, pp. 20-21.
 

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