Esta tarde no tengo muchas ganas de escribir, pero no quiero dejar de traer a esta plaza alguna de las mercaderías que me encuentro a veces por internet.
Confieso que tengo debilidad por la música barroca, y hoy quiero compartir estas dos hermosísimas arias. La primera se titula Vedro con mio diletto, perteneciente a la opera de Antonio Vivaldi Il Giustino. La segunda es, quizá, mucho más conocida: Lascia ch’io pianga, de la ópera Rinaldo, de Haendel. Ambas están interpretadas por el célebre contratenor francés Philippe Jaroussky (su voz es otra de mis debilidades).
No es mi intención contar detalles eruditos sobre las óperas en cuestión, ni de sus autores, ni de las arias que siguen a estas líneas, ni de la extraordinaria voz de Jaroussky (quien quiera conocer más, tiene la Wikipedia). Yo simplemente quiero compartir el pacer de esta música. Una buena terapia para esta tarde de domingo.
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