Haciendo el Camino de Santiago, hace ya algunos años, entre Arzua y Pedrouzo, encontré una de esas frases para pensar. Algún peregrino francófono la dejó escrita con rotulador de punta gruesa en una papelera, a modo de grafiti. Decía así:
Il est très bonne
pour l’esprit de ne pas
être toujours trop raisonable.
(Es bueno para el espíritu no ser siempre demasiado razonable)
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