EL BLOG SE PRESENTA...

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Al cumplir los cuarenta, mi creador comenzó a hacerse las típicas preguntas asociadas a aquella edad: «¿qué he hecho con mi vida hasta ahora?», «¿qué pienso hacer a partir de ahora con ella?». Esas cuestiones fueron el motor de un blog con un carácter más bien “autobiográfico”, una suerte de “registro de recuerdos” que pretendía anotar algunas de sus vivencias personales y su impacto en él. Sin embargo, aquellas primeras páginas se expresaban en función del autoconcepto y el estado de ánimo del autor. Si ambos eran bajos, el estilo de cada publicación traslucía ese sentir.
Con el tiempo, aquel proyecto acabó en vía muerta.
Dos años después, mi autor retomó aquel cuaderno de bitácora para reconstruirlo desde sus cimientos e intentar corregir sus defectos. ¡Y nací yo!
En mis inicios, fui un medio para satisfacer el deseo de compartir vivencias y reflexiones personales, así como textos y vídeos variados que gustaban a mi creador. Este navío quería traer a puerto todas aquellas mercancías que pudieran enriquecer a los que paseasen por sus páginas.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy todo eso y algo más. Si, sigo siendo el saco en el que se introducen todas aquellas vivencias, reflexiones, textos y videos que han enriquecido de una u otra manera a mi autor. Pero además, combinando palabras propias y prestadas, me estoy convirtiendo en el relato de un itinerario en el que mi creador describe su transformación. En mi se ha reunido todo aquello que ha formado parte (de alguna manera) de un proceso de ensanchamiento humano y espiritual, un proceso de evolución que aún continúa.

¡Bienvenidos!


domingo, 15 de mayo de 2016

¿SEGUIR LA VERDAD?

Textos como el que hoy publico es este espacio escandalizarían a muchas de las personas a las que conozco. Si quisiera resumir lo que en él se dice, usaría una frase de Paulo Coelho: “El día que sigues a alguien, dejas de seguir la verdad”.
 
No me cabe la menor de las dudas de que Krishnamurti es auténtica dinamita capaz de hacer saltar por los aires las más sólidas fortalezas. Es difícil que deje a nadie indiferente. Por mi parte, este pensador no termina de interpelarme y de poner en tela de juicio muchas de las “verdades” que siempre he creído incuestionables, sobre todo cuando son “mis verdades”.
 
 
No se puede descubrir la verdad a través de otra persona, ¿cómo puede ser eso posible? La verdad no es algo estático, no tiene una morada fija, un fin, una meta, sino todo lo contrario, es algo activo, dinámico, en movimiento, vital, ¿cómo puede ser un fin? Si la verdad fuera un punto fijo, dejaría de ser verdad, sería una simple opinión. La verdad es lo desconocido, y si la mente busca la verdad, nunca la encontrará porque la base de la mente es lo conocido, es el resultado del pasado, del tiempo; cada uno puede observar eso por sí mismo. La mente es el instrumento de lo conocido; por tanto, no puede encontrar lo desconocido, lo único que puede hacer es moverse de lo conocido a lo conocido. Cuando la mente busca la verdad, la verdad que lee en los libros, esa "verdad" es una proyección de uno mismo, porque entonces la mente simplemente persigue lo conocido, algo conocido más satisfactorio que lo anterior; cuando la mente "busca” la verdad está buscando su propia proyección, no la verdad.
 
Después de todo, un ideal es una proyección de uno mismo, es algo ficticio e irreal; lo real es "lo que es", no lo opuesto. La mente que busca la realidad, que busca a Dios, está buscando algo conocido: cuando pienso en Dios. Ese Dios es una proyección del propio pensamiento, es el resultado de las influencias sociales, por eso sólo es posible pensar en lo conocido, no se puede pensar en lo desconocido, no se puede acaparar la verdad. En el momento en que pienso en lo desconocido, eso desconocido es una simple proyección de lo conocido, porque Dios o la verdad no pertenecen al pensamiento; si pienso en Dios o la verdad, eso no es la verdad. La verdad no puede buscarse. Ella llega a uno; lo único que se puede hacer es ir en pos de lo conocido. Cuando la mente no está atormentada por lo conocido o por las consecuencias de lo conocido, tan sólo entonces la verdad puede manifestarse la verdad está en cada hoja, en cada lágrima, debe captarse de instante en instante, nadie puede conducirnos a la verdad y si alguien lo intenta, únicamente nos llevará a lo conocido.
 
La verdad sólo se manifiesta cuando la mente está vacía de lo conocido, llega en ese estado en el cual no está lo conocido, cuando no actúa. La mente es el almacén de lo conocido, el residuo de lo conocido; y para que la mente entre en ese estado donde lo desconocido se manifiesta, debe darse cuenta de sí misma, de sus experiencias anteriores, tanto conscientes, como inconscientes, de sus respuestas, reacciones y estructura. Cuando se conoce por completo a sí misma, entonces termina lo conocido y la mente queda vacía de todo lo conocido, tan sólo en ese momento la verdad puede manifestarse en uno sin ser invitada. La verdad no nos pertenece, ni a usted ni a mí, no es posible adorarla porque en el momento en que es algo conocido deja de ser real, un símbolo no es real, una imagen no es real; sin embargo, cuando uno se comprende a sí mismo el "yo" termina, y entonces lo eterno se manifiesta.
 
Fuente: Jiddu Krishnamurti, La libertad primera y última,
Kairós Buenos Aires 2006, p. 173.
 

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