EL BLOG SE PRESENTA...

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Al cumplir los cuarenta, mi creador comenzó a hacerse las típicas preguntas asociadas a aquella edad: «¿qué he hecho con mi vida hasta ahora?», «¿qué pienso hacer a partir de ahora con ella?». Esas cuestiones fueron el motor de un blog con un carácter más bien “autobiográfico”, una suerte de “registro de recuerdos” que pretendía anotar algunas de sus vivencias personales y su impacto en él. Sin embargo, aquellas primeras páginas se expresaban en función del autoconcepto y el estado de ánimo del autor. Si ambos eran bajos, el estilo de cada publicación traslucía ese sentir.
Con el tiempo, aquel proyecto acabó en vía muerta.
Dos años después, mi autor retomó aquel cuaderno de bitácora para reconstruirlo desde sus cimientos e intentar corregir sus defectos. ¡Y nací yo!
En mis inicios, fui un medio para satisfacer el deseo de compartir vivencias y reflexiones personales, así como textos y vídeos variados que gustaban a mi creador. Este navío quería traer a puerto todas aquellas mercancías que pudieran enriquecer a los que paseasen por sus páginas.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy todo eso y algo más. Si, sigo siendo el saco en el que se introducen todas aquellas vivencias, reflexiones, textos y videos que han enriquecido de una u otra manera a mi autor. Pero además, combinando palabras propias y prestadas, me estoy convirtiendo en el relato de un itinerario en el que mi creador describe su transformación. En mi se ha reunido todo aquello que ha formado parte (de alguna manera) de un proceso de ensanchamiento humano y espiritual, un proceso de evolución que aún continúa.

¡Bienvenidos!


domingo, 15 de noviembre de 2015

PARA UN MUNDO SIN RAZÓN

Quería haber publicado otra cosa, pero hoy, en medio de un mundo que parece abocado a la locura y a la sinrazón, me ha parecido más oportuno compartir esta joya perteneciente a la película “The Great Dictator”.

 
 
 
Lo siento... pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio. Yo no quiero gobernar ni conquistar a nadie. Quisiera ayudar a todos si fuera posible: judíos, gentiles, negros, blancos.
 
Todos queremos ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. La manera de vivir puede ser libre y hermosa, pero hemos perdido el rumbo.
 
La codicia ha envenenado las almas de los hombres, ha dividido el mundo con barricadas de odio, nos ha llevado con paso militar hacia la miseria y el derramamiento de sangre. Hemos desarrollado velocidad, pero nos hemos encerrado en nosotros mismos. La maquinaria que da abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestros conocimientos nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia, duros y crueles.
 
Pensamos demasiado, sentimos muy poco.
 
Más que maquinaria necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y dulzura. Sin estas cualidades la vida será violenta y se perderá todo. Los aviones y la radio nos han acercado. La propia naturaleza de estos inventos exige la bondad humana, exige la hermandad universal, la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz llega a millones en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace que los hombres torturen y encarcelen a personas inocentes.
 
A los que puedan oírme, les digo: ¡no desesperéis!
 
La miseria que está ahora sobre nosotros no es más que el paso de la avaricia, la amargura de los hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores caerán, y el poder que se le quitó al pueblo volverá al pueblo, y mientras los hombres mueran por ella, la libertad no perecerá.
 
¡Soldados! ¡No os entreguéis a las fieras, hombres que os desprecian y os esclavizan, que reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir! ¡Que os martirizan, os hacen ayunar, os tratan como a ganado, os utilizan como carne de cañón! ¡No os entreguéis a estos antinaturales hombres-máquina, con cerebros de máquina y corazones de máquina! ¡Vosotros no sois máquinas! ¡No sois ganado! ¡Sois hombres! ¡Lleváis amor de la Humanidad en vuestros corazones! ¡No odiáis! Sólo los que no son amados odian, los no amados y los antinaturales. ¡Soldados! ¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!
 
En el capítulo 17 de San Lucas está escrito: "El Reino de Dios está dentro del hombre”, no en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres ¡En vosotros!
 
¡Vosotros, el pueblo, tenéis el poder! ¡El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de hacer de esta vida una maravillosa aventura! ¡Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder! ¡Unámonos todos! ¡Luchemos por un mundo nuevo, un mundo digno que dé a los hombres la oportunidad de trabajar, que dé a la juventud un futuro y a la vejez seguridad! Con la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. ¡Pero mienten! Nunca cumplen sus promesas. ¡Nunca lo harán! ¡Los dictadores son libres ellos mismos, pero esclavizan al pueblo!
 
¡Ahora luchemos para realizar esa promesa! ¡Luchemos para liberar al mundo! ¡Para acabar con las barreras nacionales! ¡Para acabar con la ambición, con el odio y la intolerancia! ¡Luchemos por un mundo de la razón, un mundo donde la ciencia y el progreso conducirán a todos los hombres hacia la felicidad! ¡Soldados! ¡En nombre de la democracia, unámonos todos!

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